Las acciones que figuran en el libro de la vida se realizan indefectiblemente, con o sin ayuda de los elegidos
Muchas personas estuvieron junto al hijo de Dios y no cumplieron su promesa de expandir el conocimiento, el evangelio apócrifo de Tomas(1) dice al respecto una parábola:
Una persona tenía huéspedes. Y cuando había preparado el banquete, envió a su esclavo para convidar a los huéspedes. Fue al primero, le dice:
Te convida mi amo.
Respondió: Tengo unos negocios con unos mercaderes, vienen a mí por la tarde, iré para colocar mis órdenes con ellos, ruego ser excusado del banquete.
Fue a otro, le dice: Mi amo te ha convidado.
Le respondió: He comprado una casa y me exigen por un día, no tendré tiempo libre.
Vino a otro, le dice: Mi amo te convida.
Le respondió: Mi compañero va a casarse y tengo que preparar un festín, no podré venir, ruego ser excusado del banquete.
Fue a otro, le dice: Mi amo te convida.
Le respondió: He comprado una villa, voy a cobrar el alquiler, no podré venir, ruego ser excusado.
Vino el esclavo, dijo a su amo: Los que usted ha convidado al banquete se han excusado a sí mismos.
Dijo el amo a su esclavo: Sal a los caminos, trae a quienesquiera que encuentres, para que cenen.
Es lo que está pasando actualmente, la voluntad de Dios se hace, con o sin personas destinadas para ello, con los que fueron convidados o con los transeúntes de los caminos. Los destinados a la mesa del Señor no se deben dormir, porque vienen los transeúntes y se sientan a la mesa.
Si creen que la labor de difusión parece difícil, imagínense lo que tuvieron que padecer los primeros cristianos, Alfa y Omega tiene unos rollos hermosos a todo color, con dibujos que muchos no entendemos, pero, aun así, podemos mostrar y hablar de ellos, y son las pruebas de que estuvo en Perú.
Los apóstoles en cambio tenían que hablar sin ningún rollo ni prueba de Jesús, convencer solo en base al conocimiento que aprendieron, explicar porque el Mesías no era el revolucionario, no era el gran caudillo que todos esperaban, que tenía que sacarlos del poder de Roma, que era un pobre predicador del desierto, que murió como ladrón en una cruz. Explicar y convencer eso a la gente de entonces, con los medios de entonces, en un mundo donde había cientos de religiones politeístas para todos los gustos, con ritos extraños, si era titánico, había que tomar barcos y caminar cientos de kilometros, para convencer a unos pocos dudosos. ¿para qué convertirte a un solo dios crucificado, si podías tener 300 dioses, uno para cada cosa?
Lo de hoy, comparado con eso, es relativamente fácil. Tenemos redes sociales, radio, internet, la nube prometida por el Apóstol Pablo es tecnológica, aprovechémosla, no nos durmamos.
ATTE: un transeúnte
Bibliografía:
1. Monteiro V. Studenta. 2020 [citado 7 de marzo de 2024]. El evangelio de Tomas – Teología Básica. Disponible en: https://es.studenta.com/content/79126543/el-evangelio-de-tomas